Hoy se me ha antojado recordar la voz de Sonny Moore, es una de mis voces preferidas y me lleva a un montón de recuerdos de cierto verano que no voy a nombrar.
Me hace pensar en muchas personas, en mi relación con ellas, en lugares, días concretos...
Ahora solo lo escucho cuando esoy triste y quiero recordar aquel tiempo... Asi que la mejor manera que tengo de ponerle mi pequeño altar es dejando aqui mis dos vídeos favoritos de From First To Last cuando Sonny Moore formaba parte de sus filas
Somos una generación desencantada con la vida, asqueada, aburrida. Vivimos en una sociedad cruel donde sólo puedes ser un estereotipo o ser despellejado por ser tú mismo.
Vivimos con unos padres que nos abandonan, nos culpan de sus males, nos crían sin ganas, nos tienen por obligación y sólo nos ven como una molestia. Antes la gente no recurría tanto al suicidio por miedo a dios, eso era pecado, pero la sociedad ahora sólo cree en el dios dinero y él no considera nada pecado.
En el colegio ya no se aprende, se sobrevive. Si no eres fuerte o guapo te pegan, insultan, te hacen la vida imposible, ya no vas a aprender, vas a arriesgar tu pellejo por no ser como los demás. No puedes mostrar un ápice de sentido común o de personalidad, se paga caro.
Ya no somos felices, nada nos proporciona alegría, ahora las depresiones se empiezan a los 13 y a los 18 tus intentos de suicidio se cuentan por docenas. A la gente les da igual pero la pose lo es todo y tiene que hacerse los afectados pero todos sabemos que nadie puede mirar mucho más allá de su pequeño y orondo ombligo.
Pasamos sin pena ni gloria por la vida sin darle mucho aprecio, buscando un motivo por el que vivir sin encontrarlo. Buscando un motivo por el que morir y teniendo cientos.
Buscamos consuelo en la comida, luego nos arrepentimos y lo echamos fuera. Buscamos consuelo en el dolor, luego esas cicatrices nos acompañarán para siempre. Buscamos consuelo en nuestra propia cabeza, luego nos volvemos locos por escoger nuestro mundo imaginario al de verdad. Buscamos consuelo en los demás, luego nos sentimos unas mierdas por dejar que se aprovechasen de nosotros mientras estábamos vulnerables. Por último buscamos consuelo en la muerte, pero es la más difícil de todas.
Somos una generación en decadencia, con problemas de comunicación, de autoestima, con problemas para conciliar el sueño, con miedo, con tristeza. Somos una generación gris, apagada, apática que nos escondemos bajo una fachada de despreocupación y alegría para ocultar nuestros verdaderos sentimientos. Una generación que prefiere la muerte a la vida tal y como la conocemos.
Esta mañana he decidido darme el gustazo de llevar una minifalda que me encanta para salir a la calle... ¿el problema? que es una minifalda de estilo gótico con gasas, tules y crucecitas. Y por si no fuese poco las miradas de desaprobación al ir caminando por la calle, hay quien ha soltado alguna risita burlona ¿el motivo? por mi talla de ropa. Durante mucho tiempo he estado acomplejada por mi talla de ropa, ya que desde siempre he tenido que aguantar insultos de todo tipo e incluso me han pegado por ello, pero ya como que no me avergüenza decir que llevo una talla 54 pantalón. No sé por qué para personas ajenas eso supone algún tipo de problema cuando para mi no lo es en ningún momento, ya se que no voy a ser corredora de fondo pero siendo sincera es que nunca lo he querido. Puedo hacer mi vida normal y sin ir mucho más lejos que de algún problema de salud futuro (cosa que a nadie ajeno a mi debería importarle gran cosa). Pero por lo visto al ser gorda una ya no se puede vestir de forma normal, no entiendo ese problema que tiene la gente por verme llevar la ropa que me gusta, por lo visto como soy gorda solo tengo permitido llevar chándales gigantes y que me queden apretados. Pero tonta de mi, en vez de eso prefiero comprar ropa en el extranjero de mi talla y que me queda estupendísimamente y que además sea bonita.
Yo por ser gorda no puedo llevar una minifalda de tules, o un corset que por ser de mi talla y ser grande ya me tiene que ser feo sin haberlo visto antes. Por ser gorda no puedo llevar cadenas en los pantalones, o tener pantalones rotos, no puedo tener camisetas con dibujos bonitas o incluso alguna camiseta elegante con algo de escote. No puedo tener camisas o sudaderas porque no me pueden quedar bien. Soy gorda
Esa lógica aplastante es una soberana gilipollez, el motivo por que la gente de mi talla prefiere llevar chándales que le quedan apretados es por pereza, vagueza o porque les da la gana. Mi hermana abrió en el 2004 una tienda de tallas grandes con ropa preciosa, y toda de marcas españolas. Pero la mayoría de las personas que entraban se iban por dos motivos:
1. Quejándose de que la ropa era tremendamente cara. Que ellas se iban al Brejka (Bershka para el resto del país) y se compraban una camiseta por 5 euros, y en nuestra (digo nuestra porque yo participaba en ella aún no siendo socia ni nada) tienda las camisetas se vendían a 25 euros, que eso era carísimo. Bien, pues si prefieres subirte al Bershka y comprarte esa camiseta no voy a oponer resistencia alguna estás en todo tu derecho, pero ni por asomo va a ser de tu talla y además de que yo si vendo esa camiseta a 25 euros es porque antes la he comprado yo a 18. Y ya no solo eso, es que las marcas que se vendían en esa tienda, se podría considerar como un Zara o un Burberry de "talla normal", no solo pagas una camiseta que hace por dos del Bershka, si no que también pagas la calidad de una prenda.
2. Se marchaban indignadas por haber insinuado que estaban gordas. No ha sido una, ni dos, ni tres las que entraron en la tienda llevando, por ejemplo, una talla 56 y pidiendo que le sacasen su talla en cierto pantalón. Cuando se la mostrabas y al verla y mirar la talla una de dos, o te decían que eso era muy grande, que si no tenías menos talla, o te miraban furiosas y te decían que eso era un insulto que ella llevaba una 48 y se marchaban sin dar ni las buenas tardes. Muy bien, puedes seguir poniéndote un pantalón de la talla 48, pero luego no te quejes de que te aprieta, o de que te queda mal. No hay más que decir sobre esto.
Sin embargo también las habían que venían y se dejaban 200 o 300 euros y se iban contentísimas por tener ropa nueva y de su talla, que les quedaba bien y era bonita. Y ese tipo de clientas fueron las que duraron hasta que la tienda fue a pique por no vender, claro que esas clientas se podían contar con los dedos de una mano. Luego nos podemos quejar de que en España no hay tiendas de talla grande, que no se puede encontrar ropa y hay que comprarla en internet, o que la ropa de talla grande es fea, es de vieja, o no se hace ropa bonita. Eso es una mentira, hay ropa que es espectacular de bonita y vestidos increíbles, pero la gente no está por la labor de gastar el dinero en eso.
**Aclaración: no todas las personas de talla grande se visten con chándal, ni todas visten fatal. Solo ha sido una generalización. No pretendo que nadie se sienta ofendido, solo es una opinión.
Hay veces que una persona marca tu vida para siempre y ya nunca más puedes olvidarla, incluso aunque ya no exista tal y como la recuerdas.
Hablo de lo que puedo considerar como mi primera ruptura aún no habiendo sido mi novio, si no mi mejor amigo, pero tal y como nos comportábamos creo que yo fui su novia hetero luego de salir del armario. Discutíamos como un matrimonio de viejos, me trataba como un novio primerizo y me cuidaba como un buen marido. Siempre estábamos juntos desde primeras horas de la mañana hasta el último bus de hacía la distancia de un pueblo a otro.
Muchas veces solo cogía ese bus por la necesidad de un abrazo y nada más, luego podíamos pasar horas en silencio sin ser incómodo, podíamos filosofar de cosas profundas o simplemente hablar de cosas tontas, y sobre todo me encantaba apoyarme en su pecho y escuchar el latido de su corazón, una tontería, pero es algo que me gusta hacer desde niña lo de escuchar los latidos.
Adoraba esas tardes de películas en su salón con un paquete gigante de gusanitos, la cabeza de su perro apoyada en mi regazo y yo echada sobre su brazo.
O los dias que quedábamos temprano en la capital y nos dedicábamos a irnos de plaza en plaza sentándonos en bancos a ver pasar a la gente y hablar, y de recorrer todas las tiendas de comics hasta que daba la noche.
Fue un gran apoyo en una mala época y es muy posible que sea "culpa" suya que siga yo aún viva. Le di muchos disgustos y eso desgastó muchísimo nuestra amistad.
Y ahora solo me quedan muchos buenos recuerdos y un gran sentimiento de culpabilidad. Y a pesar de vivir a unos kilómetros de distancia ya no nos vemos nunca.
Pero puedo afirmar sin dudar un segundo que aquella fue la mejor época de mi vida hasta ahora.
Lo que siempre guardaré para mi como un tesoro fue la forma de conocerle, extraña y para nada habitual, quizá fue eso lo que nos unió tanto.
He llegado a uno de esos momentos en los que me gustaría ser más asocial que nunca, y deshacerme de esa pequeña parte de mi vida que comparto con otra gente. Quedarme completamente sola con mi cinismo, mi escepticismo y mi desconfianza. Siempre me pone muchas trabas esa parte de mi carácter, pero realmente se ha forjado por un motivo de peso y es mi relación con las demás personas. Realmente nunca he encontrado a alguien que se mereciese mi total confianza porque por H o por B siempre la acaban traicionando, en las cosas más tontas y a las que tanta importancia les doy.
Muchas veces este sentimiento me ha movido a abandonar amistades o dejarlas de lado hasta perderlas por completo y supongo que esta vez no será una excepción, o quizá si...
Yo soy de la opinión de que una persona solo tiene su palabra, y en el momento en el que falta a ella empieza a perder mi confianza y mi respeto. No soporto la gente que promete, y promete, y promete sin cumplir luego ni la mitad. Es desesperante, estúpido y sobre todo decepcionante esperar con ilusión que una persona cumpla lo que ha prometido y luego nunca veas eso cumplido. Pero la gente sigue tachándome a mi de desconfiada como si el problema realmente fuese mio cuando ese sentimiento solo ha ido creciendo alimentándose con las ilusiones rotas que dan los demás a cambio de promesas sin valor.
Yo realmente no creo que sea un problema mio, si no de los que han ido pasando por mi vida y solo han hecho crecer más la bola poco a poco. Muy pocas personas realmente tienen mi confianza y las puedo contar con una mano, y puedo decir que me sobran dedos.
Y ahora también podéis decir que me autoengaño. Seguiré pensando lo mismo.
